Amamantamiento: esta tarea relativamente fácil dará sus frutos durante muchos años más.

Para la madre, es una forma cómoda y económica de alimentar a su hijo. La lactancia materna provoca secreciones de hormonas, que dan sensación de felicidad y bienestar y fortalecen los vínculos afectivos; promueve un rápido retorno al peso anterior al embarazo; reduce el riesgo de desarrollar cáncer de mama, cáncer de ovario, diabetes e incluso enfermedades cardiovasculares a lo largo de la vida.

Para el bebé, proporciona anticuerpos y otras moléculas antimicrobianas para combatir infecciones como la gripe y la gastroenteritis, ambas causas comunes de ingreso hospitalario para los bebés alimentados con biberón. La lactancia materna también proporciona nutrientes importantes para el crecimiento y desarrollo óptimo del cerebro: las investigaciones muestran que los bebés amamantados tienen un coeficiente intelectual unos puntos más alto que los alimentados con biberón; Previene el aumento excesivo de peso y el desarrollo posterior de diabetes y enfermedades cardiovasculares. Alimentar a los bebés prematuros con leche humana ha mejorado drásticamente las tasas de supervivencia.

La ciencia ahora ha demostrado lo que la naturaleza sabía desde el principio: ¡la leche humana es mejor para los bebés humanos! Entonces, ¿por qué el estado de Kentucky, junto con Mississippi y Luisiana, se encuentra al final de la escala tanto en el inicio como en la continuación de la lactancia materna? El cincuenta y tres por ciento de las madres de Kentucky inician la lactancia materna y sólo el 28% continúa después de los 3 meses.